Cómo terminar el día con un pensamiento positivo

El optimismo es necesario porque nos invita a descubrir, arriesgar e imaginar un mundo mejor.

Nosotros mismos somos capaces de hacernos optimistas.

Hoy quisiera hablar de ese poder, el optimismo, para inventar, para transformar, para ilusionar, así que vamos a lanzar al aire algunas ideas para alimentar ese optimismo.

Recuerda que el positivismo que genera el individuo se traduce en salud.

Vamos a hablar sobre

-La alegría de vivir-

Recordad que el cerebro no solo está dotado para ser optimista y para descubrir, también está programado para sobrevivir. Por eso tu cerebro te recuerda constantemente que el mundo es peligroso y que debes ser cauto y protegerte. Pero si dentro de nosotros sólo hubiera miedo y pensáramos nada más en los riesgos estaríamos paralizados y no tendríamos ganas ni de levantarnos por las mañanas de la cama.

Desde la tristeza y la falta de confianza no nos atrevemos a transformar las cosas y avanzar. Por eso aunque en momentos de la vida resulta difícil, es necesario el optimismo. Necesitamos que convivan dentro de cada uno de nosotros esas dos tendencias innatas.

Cómo podemos equilibrar estas dos tendencias?

Podemos aprender a ser más optimistas. Hasta la década de los años 50 pocas personas hacían ejercicio físico. No sabíamos entonces lo beneficioso que resulta para la salud.

Así que en la vida cotidiana diaria, le dedicas bastante tiempo a trabajar, no queda más remedio en muchos casos para poder evolucionar, pero no le dedicamos ni un solo minuto a ejercitar nuestro cuerpo -GRAVE ERROR-

El cuerpo, al realizar ejercicios -y no hace falta ser gimnasta- con caminar regularmente (3-4 veces por semana 30 minutos) ya es suficiente, genera endorfinas que ayudan a aliviar el estrés y la sensación de dolor. Y de la misma forma que trabajamos el cuerpo, podemos trabajar la mente y las emociones.

Para adquirir un nuevo hábito mental emocional, hay que ejercitar el cerebro como un músculo.

Este ejercicio que vamos a hacer ahora os ayudará a consolidar el hábito del optimismo.

Lo primero que vamos a hacer, es una lista con tres columnas.

Una va a ser un recuerdo que os guste mucho, luego una persona a la que queréis, simplemente el nombre de la persona y por ultimo vamos a pensar en un deseo que tengáis de algo que os gustaría hacer en vuestra vida.

Este va ser mi ejemplo:

BautizoMamáMejorar mi Salud

Ahora elige un color que represente cada uno de los elementos de tu lista.

El recuerdo – La persona querida – El deseo

Asocia el color a esos sentimientos positivos que te hacen sentir bien.

Hemos pensado en ese recuerdo, en esa persona y en ese deseo que nos genera sensaciones cálidas y positivas . Hemos asociado estos elementos a un color. Cada uno de nosotros hemos pensado en colores diferentes. Ahora recorta 3 círculos con los tres colores que has pensado.

Si no dispones del color que has pensado, puedes hacer servir algún recorte de revista – seguro que lo encuentras!-

Puedes crear más de un circulo para cada elemento de la lista.

Una vez recortado, ese círculo va a representar esa persona, ese recuerdo y ese deseo. Ahora escribe dentro del circulo lo que representa! Deja volar tu imaginación y crea círculos o formas que a ti más te gusten, además puedes incluso dibujar lo que representan para ti.

Haz varios círculos o formas de colores y pégalos dónde puedas verlos.

Este ejercicio puede realizarse en grupo, pero lo podemos hacer en casa, en el trabajo o dónde te apetezca y con quién quieras.

Es la hora de colocar en casa en lugares visibles nuestro trabajo con los círculos, porque nos van a recordar la fuerza y la importancia del optimismo.

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